Daniela Coppola, Coordinadora de Asia y Latinoamérica, realizó a comienzos del año 2016 el primer viaje de SOFIA a las misiones salvatorianas de Brasil. El viaje cubrió tres estados, Ceará, Marañón y São Paulo, y buscaba obtener una visión más profunda de la vida y las actividades de los Salvatorianos locales con el propósito final de seguir ayudándolos a desarrollar y financiar sus proyectos sociales y pastorales en ese país.
La misión de Daniela se concentró fundamentalmente en Coelho Neto, una ciudad de unos 50.000 habitantes en el estado de Marañón, al noreste del país. Allí, la comunidad salvatoriana de la Parroquia de Santa Ana – compuesta por el P. Charles, el Superior, los padres James y José Carlos y el hermano Paulus - ha venido realizando diversos apostolados, entre los que se cuenta un proyecto rural de mejora de las condiciones de vida de 40 familias que viven de la agricultura a pequeña escala en Vila de Fátima, una de las más de 100 comunidades que pertenecen a dicha parroquia.
El proyecto, ya en sus últimas fases de implementación, gira en torno a tres áreas principales de generación de ingresos: (1) creación de una huerta ecológica para el consumo directo y venta de los excedentes; (2) establecimiento de una explotación caprina y (3) inicio de una actividad piscícola. En 2014, la Conferencia Episcopal Italiana concedió una subvención que cubriera la compra de un tractor, la creación de la huerta, la construcción de un corral para cabras y la creación de cuatro estanques para peces. Además, los granjeros/as asistieron a talleres de formación en las tres áreas mencionadas así como en técnicas de marketing.
Con gran esfuerzo, un compromiso profundo por parte de los beneficiarios/as y la coordinación y supervisión constante del P. Álvaro Macagnan al principio y del P. James Wilson después, el proyecto va avanzando bien: las familias ya han obtenido su 3ª cosecha y han criado 8 cabras recién nacidas; la piscicultura es la única actividad que va con retraso por la escasez de agua del año pasado...
No nos cabe duda de que este maravilloso proyecto salvatoriano completará con éxito todas sus fases y de que este apostolado se convertirá en un ejemplo para que las comunidades rurales cercanas inicien actividades similares que beneficien a sus propias familias y comunidades.
